Vaya por delante que si esta receta se publica es porque está realmente buena, pues estoy escribiendo esto antes de probarla y en el proceso solo pensaba, ¿merecerá la pena? sí, es algo laboriosa, como cualquier lasaña, lo que realmente me mata es hacerlo todo a la vez (y encima al mismo tiempo que cocinaba otros platos), lo inteligente sería tener la salsa de tomate y la bechamel ya hecha, cosa que, como se puede deducir de mis comentarios, no fue el caso.
Ingredientes:
Ingredientes:
- pasta de lasaña (o de canelones si no se tiene esta a mano, aunque lleven caducados dos años en la despensa de la abuela no pasa nada, en este país no hacemos más que tirar comida y la pasta raro es que esté mala)
- berenjena
- setas
- salsa de tomate:
- cebolla
- ajo
- tomate (se puede utilizar una de esas latas de tomate triturado pero no cocinado, dan bastante buen resultado y ahorran tiempo)
- especias y hierbas variadas
- bechamel
- leche
- harina
- queso curado (si es de León, mejor)
- sal y aceite de oliva (no sé realmente por qué pongo estos ingredientes si es "el básico")
Elaboración:
No necesariamente por este orden.
Cocemos la pasta en abundante agua con sal y un poco de aceite, escurrimos, echamos agua fría y reservamos extendida sobre un paño de cocina para que no se quede pegada.
Hacemos la bechamel como ya indiqué en la receta de croquetas de espinacas solo que esta vez sin cebolla, bueno, yo la hice sin cebolla, vosotros como si queréis echar una cabeza de ajos y matar al mismísimo conde Drácula. Eso sí, conviene que quede más líquida que para las croquetas, así que o ponéis menos harina o echáis más leche, además, podéis usarla desnatada o semi, a vuestra elección.
La salsa de tomate según la receta de cada cual, en este caso sofreí en un poco de aceite la cebolla picadita, añadí el ajo también picado y, una vez cocinados ambos ingredientes, añadí el tomate, azúcar moreno (para neutralizar la acidez, también vale un chorrito de leche), sal, pimienta, orégano, albahaca y perejil. Esperar a que espese a fuego lento.
Las berenjenas se pueden hacer a la plancha o, menos laborioso, en una cazuela con fondo ancho echar las rodajas con sal y un poco de aceite, dejar que se vayan cocinando a fuego lento.
Las setas se cortan en trocitos y se echan en una sartén con un poco de aceite, se van haciendo y se añade un poco de sal, cuando estén turradas ya estarán listas.
En un recipiente (aseguraos de que es apto para horno, las explosiones de platos están a la orden del día) se pone un poco de salsa de tomate y bechamel en el fondo, encima unas placas de lasaña, sobre este piso la salsa de tomate, la capa de berenjenas, bechamel, otra capa de placas de lasaña, de nuevo tomate, las setas, bechamel, placas de lasaña y bechamel. Podéis poner cuantas capas deseéis, yo como tenía poco material, solo puse las citadas. Se echa por encima el queso curado rallado y se mete al horno. El tiempo depende, si están todos los ingredientes calientes no necesitará más de cinco o diez minutos para que se unifique todo y se gratine un poco el queso, si, por el contrario, lo habéis hecho, como yo, a media tarde (con el fin de dejar espacio en la cocina a la chef carnivorous) y ya está tieso, necesitará sus veinte minutos.
Observaciones:
Receta apta para todos los paladares, por cierto, muy fáciles de quemar si no se deja que enfríe un poco tras el horno.
Receta apta para todos los paladares, por cierto, muy fáciles de quemar si no se deja que enfríe un poco tras el horno.
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